Se dice que en el principio, no a todos los humanos les fue concedido el acceso a los registros akáshicos, pero transcurrido un tiempo, los creadores desearon que el humano pudiera volverse un creador en su propia dimensión. Entonces los registros fueron abiertos para todos, accesibles a todos. Cuando finalizó el tiempo de la civilización Maya sobre la tierra, solo quedaron unos pocos individuos en el planeta en posesión de la llave vibracional para tener acceso a los preciados registros. Y esto fue mantenido con reverencia y pureza.
La historia comienza con un hombre llamado Juan Prochaska, un noble español de linaje checoslovaco, que se casó dentro de la família real española. Él se mudó con su familia a un barrio español de la ciudad de México cuando la guerra civil llevó a Franco al poder en España.
Un día Juan debía viajar por negocios, pero su avión se retrasó, entonces comenzó a caminar sin rumbo por los barrios de la ciudad de México para hacer tiempo. Al girar en la esquina de una calle bastante concurrida, tuvo un encuentro inesperado. Una mujer sorprendentemente familiar, de pie en el marco de la puerta de una casa, lo llamaba. Su fisonomía era la de una mujer antigua Maya, que se le había aparecido en sueños por el lapso de tres años. En cuanto se acercó a la puerta, ella exclamó: "¡Era hora! ¡Por fin has venido!"
Ella le habló acerca de los antiguos, que trajeron "el conocimiento de tiempo" que ahora llamamos los registros akáshicos; habían traido esta información sagrada a la tierra desde muy lejos. La mujer guió a Juan a un sitio antiguo sagrado en las montañas, y allí él eligió devolver el conocimiento de los registros akáshicos a la humanidad. A través de una ceremonia, le dieron el conocimiento de la oración sagrada. Juan debía difundir esta oración, que abriría los registros al género humano y despertaría de nuevo a todos los que buscaran el conocimiento. Juan tradujo el rezo al inglés.
Juan volvió a los Estados Unidos a fines de los años 60 y comenzó a enseñar a la gente como acceder a los registros akáshicos propios y de otras personas. Mary Parker se convirtió en su discípula. Juan volvió a México a fines de los años 70 donde vivió el resto de su vida.
Mary Parker comenzó a enseñar a consultantes y maestros el método de la oración sagrada a fines de los 80 y en 2001, creó Akashic Record Consultants International (ARCI), una organización educativa sin fines de lucro que entrena y ayuda a los que desarrollan el trabajo de los registros akáshicos.